lunes, 18 de marzo de 2013

Sesión 4 producto 7 NARRATIVA DE FRANCISCO VILLA


NARRACIÓN DE LA VIDA DE FRANCISCO VILLA

 Doroteo Arango Arámbula (más conocido como Pancho Villa) fue uno de los jefes de la Revolución mexicana, cuya actuación militar fue decisivo para la derrota del régimen de Victoriano Huerta.
Nació en San Juan del Río (Durango) el 5 de junio de 1878 y murió asesinado en una emboscada en Hidalgo del Parral (Chihuahua) el 20 de julio de 1923.
Huérfano, tuvo una infeliz niñez y una conducta muy rebelde en la adolescencia, fue leñador, agricultor y comerciante, antes de hacerse militar revolucionario. Durante la revolución era conocido como "El Centauro del Norte".

Existen diversas versiones acerca del origen de Pancho Villa:

* Una es que cuando este se encontraba fugitivo de la ley, él fue rescatado por una pandilla de bandidos encabezada por un hombre llamado Francisco Villa quien lo recogió y lo alimentó. Al no tener adonde ir, Arango empezó a operar con esta pandilla asaltando pueblos y delinquiendo en otras áreas. Por su lealtad se ganó la confianza del jefe de la banda. En una ocasión Francisco Villa (jefe de la banda) sufrió una herida de bala por lo que, agonizando, nombró a Arango como jefe de la pandilla de bandidos. Fue entonces que Arango cambió su nombre a «Francisco Villa», a petición de la banda que ahora él encabezaría. Continuaron realizando actos de vandalismo regresando a la hacienda donde Arango había matado a Agustín López Negrete, donde el cuñado del fallecido lo buscaba para matarlo. Doroteo Arango (ahora bajo el nombre de Francisco Villa) acabó con la vida de su rival y los hombres de éste, empezando a seguir una causa en defensa de la clase obrera que era fuertemente explotada al punto de comparación con la esclavitud.
* Otra cuenta que el verdadero padre en realidad es Luis Germán Gurrola, pues su madre Micaela Arámbula había sido su sirvienta y éste al no reconocer a su hijo, fue bautizado por Agustín Arango, quien era hijo natural de don Jesús Villa, abuelo paterno del muchacho, siendo de él de quien adoptó su apellido, llamándose Francisco Villa.
* Y por último existe otra versión que cuenta que una mujer de apellido Arango tuvo amoríos con Jesús Villa, que había pasado de residir en San Gabriel, Jalisco, a San Juan del Río en el estado de Durango, y que de ellos nació Agustín Arango. Aunque éste se debió haber llamado Agustín Villa Arango, se desconocen las causas de por qué Jesús Villa no dio nombre a su hijo y de por qué éste recibió el apellido de su madre. Agustín Arango contrajo matrimonio con Micaela Arámbula y de ellos nace Doroteo Arango. Finalmente, Doroteo Arango retoma el que su padre le contaba era su apellido legítimo para así hacerse llamar Francisco Villa como medida para ocultar su identidad.
    
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    Este individuo se caracterizó por su violencia en sus atracos, ya que actuaba según la fuerza en contra de los patrones.

  Pancho Villa saqueaba, robaba, asaltaba, y repartía sus botines entre los más necesitados. Se le comparaba con Robín Hood, pues robaba a los ricos para dárselo  a los pobres, él quería mucho  a los niños los procuraba tal vez recordaba en ellos la vida tan triste, malos tratos y golpes que llevo, el no estudiar ni tener un trabajo digno, entonces esto le  motivo para  ayudar   a los pobres sobre todo a los niños darles escuela, medicina, alimento, vestimenta, etc., trataba bien  a sus esposas que tuvo, nunca les falto nada tuvo  alrededor de 76 esposas

 Es un personaje que  fue parte importante de la revolución, se le denomina Revolución Mexicana al movimiento armado, social y cultural que comenzó en 1910 en dicho país y que culminaría oficialmente con la promulgación de una nueva constitución siete años después, la constitución de 1917. Se estima que a lo largo de la lucha murieron más de 900 mil personas, entre civiles y soldados.
 Como dato interesante tenía sus palabras que lo han identificado
"Muchachitos, a estos me los fusilan y después les hacen un juicio justo."
Esto fue en los años postreros, porque en los iniciales ordenaba:
"Me los fusilan y luego averiguamos"

 Pancho Villa no tenía un discurso específico, sino que luchaba por la libertad y el bien de los pobres, ya que existía una desigualdad enorme en ese entonces. No era un político, sino un guerrillero revolucionario.
Tuvo una gran importancia en esta revolución ya que fue el él quien inspiro a las masas de campesinos y obreros, gracias a ella se formó la guerrilla, su espíritu revolucionario conmovió al pueblo y se convirtió en uno de los personajes más famosos de la historia mexicana.

En 1910 se unió al movimiento maderista, primero a través de su compadre Eleuterio Soto, y después mediante Abraham González, con quién tenía ligas comerciales. El 17 de noviembre de 1910 atacó la Hacienda de Cavaría; ese mismo día se dedicó a reclutar gente para sus tropas desde un principio. En la lucha armada maderista se distinguió por su audacia y organización. La Revolución Maderista comienza a revelar el ingenio militar de Pancho Villa, en el Tecolote, engaña a las fuerzas del general Navarro poniendo sombreros sobre estacas para simular un contingente mayor, obligando al general Navarro a la retirada.
Sobresalió como Jefe de las Batallas de San Andrés, Santa Isabel, Ciudad Camargo, Las Escobas y Estación Bauche, contra el general federal Manuel García Pueblita. Además, participó en el mayor triunfo, al lado de Pascual Orozco: la batalla de Ciudad Juárez, contra el general Juan N. Navarro a quién intentó fusilar incluso en contra de Francisco I. Madero. Después de tomar Torreón por unos momentos, Villa se hace de los primeros trenes de sus fuerzas, que después servirían para transportar grandes contingentes de la División del Norte

 Después de intentar tomar Chihuahua y no poder hacerlo, logra su primera gran victoria: la toma de Ciudad Juárez. Esta toma es descrita por Enrique Krauze como una acción de película, mientras una parte de los efectivos distrae a los enemigos, en las afueras de Chihuahua, la otra al mando de Pancho Villa, intercepta y descarga dos trenes de carbón en la estación de Terrazas, sus hombres abordan los vagones y la caballería los sigue por fuera rumbo a Ciudad Juárez, en cada estación, a partir de Terrazas, Pancho Villa apresa al telegrafista y pide instrucciones a la base de Ciudad Juárez fingiéndose el oficial a cargo de los convoyes.
La noche del 15 de noviembre de 1913, mientras los soldados y oficiales federales dormían en los cuarteles o se solazaban en las casas de juego, una señal diminuta anuncia el asalto, en un santiamén las tropas villistas toman el cuartel, la jefatura de armas, los puentes internacionales, el hipódromo y las casas de juego. Los periódicos estadounidenses y la opinión pública se sorprenden ante la increíble acción. En la Hacienda de Bustillos sostuvo una entrevista con Madero y recibió el grado de Coronel. Después de la firma de los Tratados de Ciudad Juárez abandonó las armas: entregó el mando de sus tropas a Raúl Madero y radicó en Chihuahua, dedicándose al comercio de ganado.

 En 1912 dio muestras de su lealtad a Francisco I. Madero, al rechazar la invitación de Pascual Orozco para rebelarse. Más aún, retomó las armas para defender al gobierno maderista. Combatió en Chihuahua y Durango, y en Torreón se incorporó a las filas de la División del Norte Federal, que comandaba Victoriano Huerta. A su lado participó en las Batallas de Tlahualilo, Conejos y Rellano. Por su actuación militar fue ascendido a general brigadier honorario. Victoriano Huerta, receloso de su brillantez a pesar de no ser militar de carrera y molesto por su independencia, con el pretexto de robo de una yegua lo procesó por insubordinación y ordenó su fusilamiento. Madero le salvó la vida, mediante la intervención de su hermano Raúl Madero y de Guillermo Rubio Navarrete. Como alternativa, fue enviado a la Ciudad de México y encarcelado en Santiago Tlatelolco.

 En su estancia en prisión conoció a Gilbardo Magaña Cerda, quién le enseñó a leer y le puso al tanto de los propósitos e ideales del agrarismo. A finales de 1912, Pancho Villa logró fugarse de prisión con la ayuda de Carlos Jáuregui, escribiente del juzgado de la cárcel. Tomó rumbo a Guadalajara y Manzanillo y logró llegar a El Paso, Texas. En el camino, el gobernador José María Maytorena le ayudó con dinero para proseguir su fuga. Ante los asesinatos de Francisco I. Madero y Abraham González en febrero y marzo de 1913, decidió retomar las armas contra el gobierno de Victoriano Huerta ante los llamados de los líderes militares del norte, encabezados por el Gobernador de Coahuila, Venustiano Carranza que llamaban a levantarse contra el usurpador. Ayudado una vez más por Maytorena, cruzó la frontera y se internó en Chihuahua. Con una fuerza de escasos nueve hombres inició su participación en el movimiento constitucionalista.

 Comienza así una nueva etapa en la Revolución Mexicana, en la cual Pancho Villa alcanza sus máximos éxitos militares al mando de la División del Norte, cuyo objetivo era avanzar desde Chihuahua al Centro del País y tomar plazas estratégicas resguardadas por el Ejército Federal. Para ese año contaba ya con seiscientos hombres. Venustiano Carranza pronto lo nombró general brigadier, después de que se adhirió al Plan de Guadalupe, y cabecillas como Tomás Urbina, Rosalío Hernández, Toribio Ortega Ramírez, Manuel Chao y otros, lo reconocieron como su jefe.

 Atacó exitosamente Estación Bustillos y Casas Grandes, Chihuahua, quedando dueño de la zona del noroeste del estado. En agosto logró tomar San Andrés, defendido por el general Félix Terrazas; continuó su campaña acumulando victorias, incluso fuera del estado: Áviles, Ciudad Lerdo, Gómez Palacio y Torreón, aunque esta última haya sido una toma efímera. En septiembre se constituyó la famosa División del Norte del Ejército Constitucionalista, en la que figuraron Toribio Ortega Ramírez, Rodolfo Fierro, Juan Medina, Maclovio Herrera, Tomás Urbina y Manuel Chao entre otros, y de la que Pancho Villa fue nombrado general en jefe.

 En noviembre de 1913 mostró su genio guerrillero y su capacidad militar en la Batalla de Tierra Blanca, aún antes de contar con Felipe Ángeles, quién se le uniría hasta marzo de 1914, para ser su gran estratega y jefe de su artillería. Luego tomó Ciudad Juárez y terminó el año entrando triunfalmente a la Ciudad de Chihuahua. Por muy poco tiempo fue nombrado gobernador provisional de Chihuahua, aunque ejerció el poder por un periodo mayor pues dictaba órdenes al gobernador Manuel Chao, quién había sido nombrado por Venustiano Carranza.

Como gobernante Villa mandó imprimir diversos billetes, como los “dos caritas” y las “sábanas”; embargó tiendas y sustituyó a los comerciantes venales por administradores honorables, llenó el mercado de reses de las haciendas en las que intervenía; abarató los precios del maíz, fríjol y carne; asumió funciones federales en materia de telégrafos y ferrocarriles; expulsó del estado a muchos españoles, acusados de que habían ayudado a Victoriano Huerta; reabrió el Instituto Científico y Literario y decretó el establecimiento del banco del estado.
Inició el año de 1914 con la Batalla de Ojinaga. En marzo y abril tomó Torreón y San Pedro de las Colonias, Coahuila, con lo que logró dominar la Comarca Lagunera. Con la Batalla de Paredón, en mayo, en la que derrotó al general huertista Joaquín Maas Águila, y la Batalla de Saltillo, controló todo el estado de Coahuila. Para esas batallas ya se les había incorporado Raúl Madero, Felipe Ángeles y José Isabel Robles. Con ello Villa quedó colocado en un primer puesto entre los generales revolucionarios. El 23 de junio, desobedeciendo las órdenes del Primer Jefe y haciendo gala de su poderío y de su independencia desplazando a toda la División del Norte, tomó la plaza de Zacatecas (Batalla de Zacatecas), derrotando al general federal Luis Medina Barrón. Las relaciones de Villa con Venustiano Carranza, ya tensas por el intento del primero de fusilar a Manuel Chao, se agudizaron más por estos hechos ya que según Carranza el que debía tomar Zacatecas era el general Pánfilo Natera. Las discrepancias tuvieron un receso temporal con el pacto de Torreón, del 8 de julio de 1914, celebrado entre la División del Norte y el Cuerpo del Ejército del Noreste.
A Pancho Villa lo representaron Miguel Silva, Manuel Bonilla y José Isabel Robles; A Pablo González Garza: Antonio I. Villarreal, Cesáreo L. Castro y Luis Caballero. Se acordó que Villa presentaría disculpas a Venustiano Carranza, quién seguiría como primer jefe; a Pancho Villa se le otorgaría el grado de general de división, aunque independientemente de Álvaro Obregón y Pablo González Garza. Villa reconoció a Venustiano Carranza, pero le impuso limitantes, como asumir la presidencia interina y convocar a una Convención de generales y gobernadores revolucionarios para señalar la celebración de elecciones y formular un programa de gobierno. Los acuerdos no fueron aceptados en su totalidad por ninguna de las dos partes. Los ejércitos revolucionarios derrotaron a Huerta, quien firma su carta de renuncia el 15 de julio de 1914. A pesar de la victoria, Villa estaba molesto con Venustiano Carranza, quien lo despreciaba por su reputación de bandolero, ya que nunca le concedió a la División del Norte el grado de Ejército ni a Villa el grado de general de división, que si había sido otorgado en su ejército.

 El conflicto estalló una vez más en agosto de 1914, cuando se agudizaron las tensiones en Sonora, pues Pancho Villa apoyó al gobernador Maytorena, y Álvaro Obregón, Benjamín Hill, Plutarco Elías Calles y Salvador Alvarado ya formaban otro grupo político. Obregón se transladó a conferenciar con Pancho Villa, pero tratando Obregón de atacar a las tropas Villistas por un lado y lograr una alianza por el otro, es descubierto por Villa y este manda fusilarlo, pero Serrano y Raúl Madero evitan que Álvaro Obregón sea fusilado aceptando las condiciones de Villa y firman un acuerdo, logrando escapar a Chihuahua y a medio camino de la huida obregoncista Villa recibe un telegrama de Venustiano Carranza en donde éste rechaza el acuerdo, Villa persigue a Álvaro Obregón pero ya no lo alcanza y rompe definitivamente con Carranza.

En 1914, Venustiano Carranza citó a una convención de las fuerzas revolucionarias, para limar asperezas entre ellas, sin lograr su objetivo, pues Villa se fortaleció en la Convención de Aguascalientes. Como resultado, Venustiano Carranza y Obregón rompieron con la Convención. Villa tomó la Ciudad de México, a nombre del gobierno de la Convención, junto con su aliado Emiliano Zapata, en diciembre de 1914. El primero de octubre se instaló en la Convención en la Ciudad de México, y el día 10 se trasladó a Aguascalientes. En ella estuvo representado por Roque González Garza y en ella se logró llevar a la presidencia a un villista.

 Durante la presidencia de Eulalio Gutiérrez, Pancho Villa fue designado jefe de las operaciones del Ejército Convencionista. En la lucha contra los constitucionalistas Villa buscó a toda costa aliarse con Emiliano Zapata pues durante la Convención de Aguascalientes descubrieron sus muchas similitudes, como la aprobación de la Convención del Plan de Ayala. En diciembre de 1914 tuvo lugar el Pacto de Xochimilco, en el que Pancho Villa aceptó el Plan de Ayala en lo relativo al problema de la tierra y en el que convenían llevar a la presidencia a un civil identificando con la revolución

Carranza no se plegó a los dictados villistas de la Convención y huyó a Veracruz para encabezar desde allí su contraataque. Para ello tenía gran aliado, un estratega militar que superaría al genio tosco de Pancho Villa, se trataba del general Álvaro Obregón. Las victorias de Pancho Villa al lado de Venustiano Carranza no se repitieron en su lucha contra él. Durante 1915 fue sucesivamente derrotado por Álvaro Obregón y los constitucionalistas en la famosa batalla de Celaya, en abril donde Obregón logró derrotar a la División del Norte en el Bajío. El poder de la caballería de Villa no fue efectivo para derrotar las trincheras, excesiva artillería y ametralladoras del ejército de Obregón.

En una batalla posterior, Obregón perdió uno de sus brazos ante la artillería de los villistas. Además, Villa perdió la Batalla de Trinidad, la Batalla de León y la Batalla de Aguascalientes en junio, por lo que tuvo que replegarse otra vez hacia el norte. Para fines de ese año decidió invadir Sonora; sin embargo los constitucionalistas siempre contaron con el apoyo de armamento estadounidense que ya habían suspendido sus suministros a los villistas, así que con un gran poder de ofensiva de artillería los constitucionalistas lo derrotaron en Agua Prieta por conducto de Plutarco Elías Calles y en el Alamito por el general Manuel M. Diéguez. Derrotado militarmente, con un ejército pobre y sin elementos de la capacidad de Felipe Ángeles, Villa se dedicó a hostilizar al gobierno de Venustiano Carranza. En 1915, Estados Unidos reconoció oficialmente el gobierno de Venustiano Carranza. EE. UU. había cambiado su actitud hacia Villa y le impuso un embargo de armas, cortándole el suministro de las mismas que recibía desde poblaciones como Columbus, Nuevo México. Carranza recibió entonces apoyo de los estadounidenses en la forma de suministro, ahora ya de forma legal y su comercio de armas, para que derrotaran a las de Villa.

Después de su derrota militar, Pancho Villa se replegó a Chihuahua, desde donde fraguó un golpe militar, que le serviría además para vengarse de EE. UU., después de que este país apoyara a Carranza. Villa estaba enfurecido en contra de los EEUU y contra Woodrow Wilson, por el uso que hizo Obregón de faros gigantes, alimentados con energía eléctrica estadounidense, para ayudar a Obregón a repeler el ataque nocturno de las tropas villistas al pueblo fronterizo de Agua Prieta, Sonora el 1 de noviembre de 1915. En enero 1916, un grupo de villistas al mando del general de órdenes Ramón Banda Quesada emboscaron un tren del Mexico North Western Railway (Compañía del Ferrocarril Noroeste de México), cerca de Santa Isabel, Chihuahua, y masacró a 18 empleados estadounidenses de la compañía minera ASARCO.

Antes del amanecer del 9 de marzo de 1916, un grupo de aproximadamente 1,500 hombres (el reporte oficial del ejército estadounidense mencionó entre "500-700 participantes") del ejército de Villa al mando del general Ramón Banda Quesada atacaron el pueblo de Columbus, Nuevo México, como represalia al reconocimiento oficial del régimen carrancista por parte de EE. UU. y en busca del comerciante Sam Ravel (proveedor que, según Villa, lo había robado).
Mientras tanto, Villa se había quedado del lado mexicano de la frontera con un pequeño grupo de hombres.
En Columbus, los villistas al mando del general Ramón Banda Quesada atacaron un destacamento de caballería del ejército estadounidense, confiscaron 100 caballos y mulas, incendiaron el pueblo y mataron a 17 estadounidenses y 67 mexicanos. Más de 100 villistas murieron en el ataque. Esta fue la segunda vez que el territorio de EE. UU. fue atacado por fuerzas de otro país.
El presidente estadounidense Woodrow Wilson envió tropas encabezadas por el general "Black Jack" Pershing, el mismo que comandaría las fuerzas estadounidenses en la Primera Guerra Mundial.

La Expedición Punitiva, cruzó al sur de Columbus el 16 de marzo de 1916. La búsqueda de Villa llevaría a las tropas estadounidenses finalmente unas 600 km adentro de México, llegando rumbo al sur hasta la ciudad de Parral donde, después de una escaramuza encabezada por la maestra Elisa Griensen, donde participaron los niños del pueblo, los yanquis retrocedieron a sus bases en el norte de México.

Durante 11 meses, los 10.000 soldados de la Expedición Punitiva de Pershing recorrieron los desiertos del inmenso estado de Chihuahua.

Pershing tuvo éxito dispersando a las fuerzas mexicanas que habían atacado a Columbus, pero Pancho Villa desapareció en el extenso territorio mexicano y nunca fue capturado.

En febrero de 1917, la Expedición Punitiva regresó a Columbus.
Poco a poco Villa se fue convirtiendo de nuevo en un guerrillero y su actividad se limitó cada vez más por la escasez de armas. Así se mantuvo de 1917 a 1920, salvo un período de resurgimiento, cuando Felipe Ángeles volvió al país para luchar al lado de Pancho Villa. Adolfo de la Huerta, al asumir la presidencia interina del país como fruto del movimiento de Agua Prieta, gestionó la rendición de Pancho Villa.

El 26 de junio de 1920, Villa firmó los convenios de Sabinas, obligándose a deponer las armas y a retirarse a la Hacienda de Canutillo, Durango, que el gobierno le concedió en propiedad por servicios prestados a la revolución.

A partir de 1920, Villa se dedicó a administrar la Hacienda de Canutillo. Desde entonces comenzó sistemáticamente a recuperar los tesoros que tenía ocultos en diversos escondites (el mito popular es que lo juntó todo en una cueva oculta de la Sierra Madre). Villa hacía excursiones solitarias a la montaña, a veces durante varios días. Entretanto, Álvaro Obregón fue elegido presidente de México. Cuando el nuevo presidente Obregón había consolidado su posición, algunos planes para librarse de Pancho Villa fueron tolerados o abiertamente promovidos por el gobierno y ante el temor de que Pancho Villa nuevamente se levantara en armas durante la Rebelión delahuertista, se decide matarlo. Mediante una emboscada organizada por la policía secreta o por pistoleros a sueldo de familiares de antiguas víctimas de Villa, fue asesinado a tiros el famoso bandolero transformado en general revolucionario.
Era la tarde del día 20 de julio de 1923, cuando Pancho Villa murió en su coche, alcanzado por 47 balas de pistola cuando se dirigía a una fiesta familiar en la famosa Ciudad de Parral, tierra donde se había establecido. Calles contacto  con el coronel  Lara el cual recibió 50 mil pesos se cree que también intervino estados unidos , pero no fue eso y ya no lo decapitaron y esto lo hicieron ayudantes locales y el norteamericano Handd pagado por prensa  americana Hearst desembolso 5 mil dólares por su cabeza y teniéndola como un trofeo, no se le acepto en el panteón de los héroes sino 20  años después.
Tiempo antes de morir, ya retirado de la milicia, Villa se fue a vivir a Hidalgo del Parral (en el estado de Chihuahua) para pasar el resto de su vida, y según sus propias palabras comentaba con frecuencia "Parral me gusta hasta pa’ morirme". Allí fue asesinado. Por eso a veces se cree que nació en Parral, aunque nació en Durango. Allí cada año se hace un simulacro del último paseo, el asesinato y el funeral.
, xiste un libro de bolsillo que apareció en México entre el año 1960 y el año 1968 titulado "Habla una espía rusa" con supuesta información acerca de cómo los alemanes habrían financiado las campañas de Villa y le habrían proporcionado armas, para abrirles un frente a los estadounidenses mientras ellos intentaban ganar la Primera Guerra Mundial en Europa.

La figura de Pancho Villa está rodeada de una «leyenda negra». Es un lugar común decir que Villa era cruel y bárbaro. Es cierto que tenía un carácter colérico y que no dudaba en ejecutar a sus enemigos, en particular a los «traidores» (ex-villistas que le eran desleales). Durante el enfrentamiento contra los carrancistas, Villa cometió muchos actos de barbarie (ejecuciones masivas, ahorcamientos con alambre y hasta llegó a ordenar prender fuego a algunos infelices). Sin embargo, muchas de las ejecuciones masivas de prisioneros "colorados" y federales durante la campaña contra Huerta fueron ordenadas a Villa por Venustiano Carranza. Al momento de rendirse en Sabinas (Durango), Villa dijo que estaba harto de matar y mostró al primero una carpeta que totalizaba, entre víctimas que había hecho en batallas y a quienes había matado personalmente, 43.000 personas.

Algunos estudiantes mexicano-estadounidenses afirman que en la colección de cráneos de la sociedad Skull and Bones de Yale (EE. UU.), se encuentra la cabeza de Pancho Villa, robada el 5 de febrero de 1926 del cementerio de Parral, Chihuahua, y supuestamente vendida a dicha sociedad por Emil L. Holmdahl; versión a la cual se le agregan el robo del cuerpo por parte de militares de México, sin embargo se sabe que Pancho Villa al morir quería permanecer en Parral para lo cual antes de ser asesinado, ordenó a sus aliados el cambio de tumba en el panteón, por la noche así se hizo y en la tumba donde habían sepultado a Villa metieron el cuerpo de una mujer que es la que decapitaron, para desdicha la tumba final se perdió con los años, actualmente se están analizando por exámenes de ADN entre su hija radicada en Parral y los posibles lugares a donde sus aliados habrían llevado el cuerpo.

Dichos estudiantes exigen a George Bush que devuelva la cabeza de Villa. Sin embargo, aunque el cráneo fue efectivamente robado, se desconoce su paradero.
Según gente que lo conoció se sabe que tenía la costumbre de dormir en dos o tres lugares diferentes la misma noche para no ser sorprendido, se disfrazaba en ocasiones de mujer y huía del enemigo. También se sabe por gente que herraba los caballos de Villa que bajo órdenes de éste, se le ponían las herraduras al revés a los caballos, de tal forma que al andar las huellas quedaran al revés y quien siguiera su rastro lo hiciera en sentido contrario; es por esto y muchas cosas más que su captura fue imposible para los estadounidenses, hasta que ya retirado y sin cuidarse de no ser visto, su automóvil fue acribillado con 46 disparos recibiendo él algunos fatales.

Villa solía comentar que tenía tres grandes vicios, los buenos caballos, los gallos valientes y las mujeres bonitas. No se sabe con certeza cuántas mujeres tuvo, pero sí se sabe que se casó por la ley aproximadamente 75 veces. Al final, sólo siete reclamaron ser sus legítimas esposas:
* Luz Corral * Juana Torres * Pilar Escalona * Asunción B. * Austreberta Rentería
* María Amalia Baca  * Manuela Casas  * Soledad Seáñez y * Maria Anaya.

Una de las facetas más personales de su socialismo, se manifestaba con los niños, amaba a los propios y a los ajenos, recogía a los desamparados y costeaba su educación, durante su breve gobierno contrató a maestros jaliscienses y abrió varias escuelas, a las que acudía en tiempos de fiesta, pues por los niños Villa sentía una verdadera veneración. En ocasiones se los dejaba a su esposa Luz Corral quien llegaba a tener hasta doce niños en su cuidado. Sus planes educativos incluían una Universidad Militar para hasta cinco mil alumnos y una escuela elemental en cada hacienda. Había una libertad de culto casi total, se desplegó una política agraria cuyo propósito sería distribuir la tierra creándola en pequeñas unidades

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